Nazareth, en la Alta Guajira. vive una metamorfosis que hace
de este poblado de seis mil habitantes, el edén guajiro. Ingresar a él, es
dejar en el olvido la aridez, los vientos inclementes que arrastran sin
compasión cualquier vestigio de vida, las mantas multicolores, el rostro
tiznado, los caminantes del desierto, las dunas...
En este pesebre peninsular se vive otro cuento. Uno de esos
que relata la vieja Juana cuando nos muestra jactanciosa una fotografía en la
que aparece risueña, al lado de Gabriel García Márquez. O esos que nos recuerda
María, dueña de la posada en donde nos quedaremos. A su lado, revivimos la
llegada de los Iguarán (pertenecientes a las 22 castas de la península), su
mezcla con los wayuu y las hazañas de sus descendientes, a los que sería
imposible contar, ya que se encuentran dispersos por la Alta, Baja y Media
Guajira.
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